sábado, 31 de mayo de 2008

Simplemente renovarse

Escribe Roberto Muñoz Barra, senador


Once millones de chilenos recurren a las instituciones públicas de salud (hospitales, policlínicos municipales) y cuatro millones a las clínicas y sistemas privados.
Como a veces tenemos mala memoria, es bueno recordar que a fines del año 1989 el Sistema de Salud Pública no contaba siquiera con una normal cantidad de sábanas y se daban los casos de dos enfermos por cama.
Desde esa fecha hasta ahora se han efectuado importantísimas inversiones en esta materia, nuevos centros, policlínicos, postas rurales, plan auge, adquisición de instrumentales modernos, etc. etc.
Con esa misma objetividad hay que reconocer, sin embargo, que los usuarios no están satisfechos con la calidad y oportunidad de solución a sus demandas.
Falta de especialistas, oftalmólogos, neurólogos, traumatólogos, anestesistas.
¿Por qué estas deficiencias? Hay una brecha oscura que debe airearse, un poder oculto pero que todos saben (de ripley) impide que se otorguen más becas de especialidades en estas áreas, no convienen mucho. "El negocio médico" se hace muy competitivo y a ponerle entonces el "cascabel al gato".
Se recetan medicamentos a los enfermos que no están en las farmacias, ¿Por qué los profesionales no conocen que ellos no están en existencia? Obligando al paciente a recurrir a farmacias privadas.
Miles de personas en listas de espera, un solo hospital en La Araucanía con todas las especialidades, Temuco, entonces las otras 31 comunas tienen que derivar a sus enfermos a este único centro hospitalario.
Deberían darse más opciones de especialistas a los hospitales tipo 2.
La salud no permite esperas y deficiencias. Si ello ocurre, la vida como dice una canción simplemente… se nos va.

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