domingo, 4 de mayo de 2008

El error de Carlos Barra


Por Edita Mansilla, candidata Concertación 2004.

Por muchos años en Pucón, ser adversario político en una elección municipal era equivalente a ser "enemigo", y el alcalde en ejercicio era el depositario absoluto del uso del poder.
Por tanto, asumir la misión de competidor en una elección municipal en Pucón, era visto por muchos como la ingenuidad extrema y, por otros, el más osado de los atrevimientos.
Haber competido con el Alcalde de Pucón, Carlos Barra Matamala, en las pasadas elecciones 2004, era una apuesta al todo o nada, porque se había modificado la legislación sobre elecciones, y debía optar por la inscripción como concejal o como candidato a alcalde.
Conocía a mi adversario como funcionaria municipal y como primera concejal del período 2000-2004, conocía de sus habilidades para sacar acuerdos con el apoyo incondicional de su conglomerado político, y también de su debilidad para enfrentar la crítica. El advertía en mi oposición de ideas, un vil cuestionamiento a sus iniciativas, y no lograba traducirlas como una oportunidad para enriquecer sus propias propuestas.
Debí lidiar con un competidor que sabía usar a su favor el poder y el lenguaje de las emociones, más que los argumentos técnicos, versus una campaña austera, con propuestas concretas y con ciudadanos que adherían voluntariamente a la alternancia en la Alcaldía.
El resultado fue sorpresivo para muchos y demoledor para quien ostentaba el cargo de Alcalde, pues aunque nuevamente fue reelecto, la diferencia de 216 votos era una señal de que el poder ciudadano se empezaba a instalar en Pucón; el respeto por la diversidad empezaba a ser una realidad y la preeminencia del interés público estaba por sobre las posturas ególatras y mezquinas.
Creo que su mayor error fue el menosprecio por sus adversarios y la negativa a aceptar que somos muchos los que amamos a PUCON y que queremos contribuir a su engrandecimiento.

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