martes, 27 de mayo de 2008

Campañas negativas (Eugenio Vogel)

La sociedad chilena es testigo de una intensa, prolongada y, por ende, costosa campaña en contra de la hidroelectricidad en Aysén. Muy legítimo que un grupo de ciudadanos manifieste su opinión, sin embargo, cabe analizar si la vía elegida es la más eficaz para lograr el fin deseado.
De partida, se trata de eslóganes negativos (en contra de) esparcidos por medios de comunicación y avisos en las vías y lugares públicos. Hasta ahora no se advierte una actitud constructiva.
La eventual instalación de centrales hidroeléctricas en la Patagonia se origina en una posibilidad real de aportar energía a Chile. Si ese proyecto no se juzga apropiado, lo positivo es una propuesta de alternativas de desarrollo energético. Por ejemplo, indicar cómo los megawatts que proporcionarían las centrales de Aysén pueden ser producidos por otras fuentes, de similar o menor costo e impacto ambiental.
Algunas alternativas concretas que aporten a una mejor toma de decisiones en materia energética son las siguientes: Financiamiento de un número importante de tesis universitarias destinadas a evaluar fuentes alternativas de energía, dejando instalado el tema entre los futuros profesionales; instauración de cátedras destinadas a la investigación de energías renovables en algunas universidades (con beneficios tributarios), lo que deja instalado el tema en los ambientes científicos y académicos; y avanzar en la creación de una fundación (apalancando fondos privados y estatales) destinada a crear y equipar un Instituto Nacional de Energías Renovables, lo que aseguraría que el problema será abordado en la dirección correcta y por expertos.
Una combinación de las posibilidades anteriores y otras similares que surjan, será igualmente constructivo, con la idea de "hacer Patria" en la era del conocimiento. Lo que hasta aquí se ha mostrado parece una campaña emotiva, poco racional, más bien destinada a defender intereses sectoriales.

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