lunes, 5 de mayo de 2008

El nuevo RAF del SII


Escribe Eduardo Alamos Vera

Los procedimientos judiciales son necesarios para resolver los conflictos humanos. Es la forma moderna de resolver los problemas cuando no hay acuerdo entre las personas. Reemplaza a la venganza y a la violencia. En una sociedad donde el derecho llega a niveles superiores, no debería haber juicios. Y si los hubiera, debieran ser rápidos, simples, públicos, que garanticen que todos puedan actuar, asesorados, con igualdad y ante jueces independientes y probos. Pero deben ser el último recurso a utilizar ya que, socialmente, son un costo. Por ello, el ordenamiento jurídico de un país moderno debe privilegiar los modos de solución distintas a los juicios, llámense avenimientos, acuerdos, transacción, acuerdos reparatorios, alternativos, etc. En las relaciones jurídicas entre el Estado y el particular -.que ya es desequilibrada- la Constitución y las nuevas leyes de la reforma del Estado, Ley de Bases Generales de los Procedimientos Administrativos, entre otras, han venido a reconocer la calidad de "servicio público" de la administración del Estado y que toda institución está al servicio de las personas. Sin duda hoy, el centro de toda actividad, es el respeto a la persona. La recién publicada Circular 26 por el SII -que deroga la anterior- establece un nuevo procedimiento de revisión de su acción fiscalizadora (RAF) ajusta sus normas a las actuales leyes mencionadas e intenta ser una vía de solución distinta a la controversia judicial. El SII se prepara, desde ya, para la nueva justicia tributaria, el gran ausente en nuestra economía basada en el mercado. No tiene que haber sido fácil la reforma. La visión fiscalista, pro Fisco, es fuerte, es toda una escuela, que ha atravesado a nuestra administración pública a partir del año 1973 y cualquier derecho del ciudadano es mirado como una "debilidad fiscal". Por ello, este nuevo paso dado por el SII es otro mas en su camino de estar al servicio del contribuyente, sin que por ello el fiscalizador pierda su función propia de fiscalizar y hacer respetar la ley. Pero es un camino largo, de confianzas mutuas.

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