jueves, 8 de mayo de 2008

Hospitales


Escribe Jaime Quintana, diputado.


Durante los últimos meses y especialmente en estos días que preludian el invierno, se han vivido numerosas complicaciones en los centros asistenciales de La Araucanía, como los acontecidos en el hospital regional "Hernán Henríquez", ampliamente difundidos y en el hospital de Victoria. Todas son situaciones que hablan de una posible crisis del sistema público, pero que no pueden atribuirse sólo al escaso número de profesionales o a una administración deficiente.
Está claro que existen graves problemas: Con las listas de espera para especialistas, que según denuncia realizada en el año 2006 por el doctor Ricardo Celis ascendía a 50 mil en toda la Araucanía; sumado a ello el lento avance en la nómina para intervenciones quirúrgicas y la escasa cantidad de camas disponibles. A lo anterior, es necesario agregar que, según datos de la última encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen), la cantidad de población que se atiende por el sistema público ha aumentado en casi 10 por ciento. De 67.3% en el año 90 se incrementó a 76.9 en el 2006, y paradójicamente en el mismo período de tiempo la cantidad de especialistas que atienden en el sistema público se redujo de un 60 a un 32%.
Profesionales del hospital regional, así como de otros centros, alertan que por lo menos el 65% de las personas que acuden a sus servicios son pacientes que podrían ser atendidos en el Sistema de Atención Primaria de Urgencia (Sapu) y consultorios; por lo cual se hace indispensable tener puntos más eficaces de resolución en Cajón, Consultorio Miraflores y Padre las Casas. Ello ayudaría a contener la demanda que hoy congestiona el principal centro de la región.
Evidentemente la complejidad y magnitud de este tema amerita un acucioso análisis, estableciendo responsabilidades, pero fundamentalmente comprendiendo a cabalidad el cambio epidemiológico que enfrenta el país; evitando que el sistema público colapse; aumentando la inversión para profesionales, para más camas críticas e implementación, pero también en prevención y educación para la salud.




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