sábado, 31 de mayo de 2008

Sobre olvidos (Ulises Valderrama, periodista)

El bolero que escucho en la radio invita, reiteradamente, al olvido. En los hechos, el olvido es el mejor de los ejercicios y el que con mayor frecuencia practicamos; por lo que aquella invitación musical y nostálgica estaría demás.
En esto somos como hojas agitadas por el viento que se conmueven, y mucho, ante catástrofes como Chaitén, minusválidos, violencia contra menores de edad y otras tragedias que nos impactan. Pero, ¿qué sucede con demasiada rapidez? Sobreviene el olvido.
Algunos, para que no los olviden, torpemente buscan dejar su nombre en vida en cosas superficiales como decretar por sí y ante sí, sus nombres en las calles, y otros, con legitimidad, buscan superarlo en el desarrollo de valores escribiendo un libro, creando una familia que legará su herencia moral y material o dejando obras materiales en pie, aunque sea plantar un árbol que, al crecer, superará la humana existencia terrenal.
No habría olvido si hubiese gratitud en el alma y en el decir de las personas, así como tampoco habría discos "pare" si todos respetaran el "ceda el paso". Tal vez si los jóvenes, cuya coprolalia y mal uso del lenguaje, que ya supera toda imaginación, dijeran "gracias" de vez en cuando: a la vida, a los otros, a sus padres, a sus profesores, a los abuelos y a Dios, este mundo, concreto y cotidiano, sería muchísimo mejor.
¿Ha escuchado el cúmulo de manifestaciones de afecto en un funeral o en los discursos? Al mismo tiempo: ¿Ha observado alguna experiencia en que más rápidamente casi todos se olviden de ese difunto?
De todas las ingratitudes, la que más impresiona y la que trae mayores consecuencias es la ingratitud a Dios y a la propia familia. Como diría un analista que anuncia sus conclusiones: "De ahí parte todo".
Quienes han tenido una experiencia traumática, se bloquean u olvidan por autodefensa. Es comprensible. Pero no es el caso del fondo de este tema: olvidamos, pero sobre todo olvidamos de agradecer. Y hasta pareciera que se hace deliberadamente.

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