Año del planeta (Eugenio Vogel)

La Unesco ha determinado que el año 2008 sea el año internacional de tres temas: los idiomas, la papa, y el planeta Tierra. Sin desmerecer la importancia de los otros asuntos, nos dedicamos aquí al refugio de todos los humanos, a la diosa de mucha culturas, como es la Tierra, único planeta habitado del sistema solar y, hasta ahora, único planeta habitado conocido por el hombre.
Cada vez sabemos más y con mayor certeza de la historia de nuestro planeta. Todo parece indicar que el ser humano aparece erguido, caminando en sus cuartos traseros, tan sólo hace unas cuantas decenas de miles de años, durante la última glaciación. Es decir, somos más bien animales (¡que no vegetales!) del frío. Otros animales habitaron antes nuestros ambientes, contaminando muchísimo menos. Muchas especies terminaron por desaparecer (mamut, megaterio, milodón). Los más conocidos son los grandes saurios que dominaron la Tierra por millones de años, hace otros tantos millones de años.
Supuestamente lo que distingue al hombre de las demás especies (extintas o no) es su capacidad de pensar, de analizar, de ponderar y de decidir. Sin embargo, el andar erecto del homo sapiens se torna cada vez más arrogante. Cuanto más poderosos son algunos humanos, más se resisten a considerar el futuro de la humanidad pues podría acarrearles pérdidas en sus actuales posiciones de excepción.
El aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera está llevando a un lento pero sostenido calentamiento de la Tierra. Tan sólo el dióxido de carbono está llegando a 400 partes por millón, superando lejos las cifras históricas alcanzadas. Este gas invisible actúa como una enorme burbuja en torno al planeta: deja entrar la luz solar que nos calienta, pero no deja escapar suficiente radiación infrarroja, lo que lleva a un calentamiento suave, pero progresivo y perjudicial. Oportuno entonces dedicar este año a reflexionar y tomar medidas para preservar nuestro gran hogar.

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Eugenio Vogel es académico