viernes, 9 de mayo de 2008

Más y mejor riego


Escribe Eduardo Saffirio Suárez, diputado.


La ampliación de la superficie de riego y su uso tecnificado, es uno de los principales factores para introducir competitividad a la agricultura regional.
En la actualidad, en La Araucanía la superficie de riego de seguridad del 85% alcanza las 50.893 hectáreas, pudiendo, de concretarse los proyectos que se encuentran en estudio por parte de la Dirección de Obras Hidráulicas, llegar a las 105.000 hectáreas de superficie de riego con seguridad del 85%, a través de proyectos como el embalse de regulación del río Cautín, los sistemas de regadío del canal Victoria, embalses Traiguén, Quino y Purén, reconstrucción del canal La Victoria en Vilcún, el canal Toltén Sur y el mejoramiento Imperial Sandoval. Ello significaría un gran impacto para la economía local, y no sólo en materia agrícola, pues apalancaría también la economía regional de servicios y no sólo en Temuco, capital regional.
Lo anterior es fundamental para reducir el secano en La Araucanía. Sin perjuicio de ello, en esta materia existen otros desafíos que nos imponen el cambio climático y las cada vez mayores exigencias de los mercados internacionales que nos obligan a actuar en la ampliación y el mejoramiento del riego.
La bancada de diputados de la Democracia Cristiana está promoviendo diversas iniciativas, entre las que se destacan retomar el ritmo de construcción de embalses por medio de la ley 1.123, implementar un programa especial de revestimiento de canales de regadío, modificar la ley de fomento al riego a fin de fortalecer la pequeña agricultura, aumentar los recursos del fondo rotatorio de financiamiento del Indap, ampliar el programa de riego asociativo, prolongar por 20 años más la vigencia de la ley 18450 que establece normas para el fomento de la inversión privada en obras de riego y drenaje que finaliza en diciembre de 2009.
El desafío es poder hacer buen uso del agua, ampliando la capacitación de los productores y trabajadores, además de trabajar en el mejoramiento genético de plantas, praderas y cultivos para hacerlos mas resistentes a los déficit hídricos actuales y futuros.

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