martes, 10 de junio de 2008

Universidades estatales

Escribe Eugenio Vogel, académico


Las universidades estatales chilenas languidecen. En cualquiera de los modernos sistemas internacionales para evaluar la calidad universitaria tan sólo la Universidad de Chile aparece en lugares intermedios. ¿Preocupa esto al Estado de Chile? Al parecer no mucho.
Todos los países desarrollados del mundo basan su buen nivel de vida en sus universidades. Esto, tanto por la formación de recurso humano capacitado, como por la generación, conservación y diseminación de nuevo conocimiento. En USA esto se logra tanto con el aporte de universidades estatales como privadas, las que aparecen mezcladas en los ordenamientos por calidad. Y nótese que allí el concepto de estatal corresponde al Estado, equivalente a nuestras regiones. En efecto, allí son los gobiernos estatales los que luchan por tener universidades propias de ese Estado, tan buenas como las de otros estados o como las mejores privadas.
Si bien yo me formé en una universidad privada nacional y luego me doctoré en una universidad privada norteamericana, no puedo desconocer que todas las grandes potencias del mundo, incluyendo las de Europa y Asia, basan sus altos índices de desarrollo en la existencia de muy buenas universidades estatales.
Los planteles de educación superior estatales regionales en Chile están desamparados. Fueron creados sin convicción, mediante actos administrativos prácticamente simultáneos y por motivaciones políticas ("dividir para reinar"). El Estado no ha ejercido su potestad para orientar, especializar, equipar o elevar el nivel de estas universidades a los estándares internacionales. Por el contrario, se las hace competir con las algo más desarrolladas en desigualdad de condiciones.
Varios proyectos de ley han quedado en eso: meros proyectos. El más reciente es uno estudiado el año pasado que buscaba equipar y actualizar los laboratorios de universidades estatales y estimular los retiros de la ya envejecida planta académica. ¿Se irá a archivar como otros anteriores?

1 comentario:

Mercy dijo...

De la calidad de las Universidades depende el futuro de nuestros países. Ahí, en esa importante etapa de la vida, se forman los profesionales altamente calificados y también (dependiendo del profesor)se afianzan los valores y la ética que se revertirá luego en la sociedad y será trasmitido a nuestros hijos.
Por eso, darle a las Universidades el valor que realemente tienen es labor prioritaria del Estado, porque de lo que hagamos ahora con nuestros jóvenes, dependerá el panorama que tendremos en Chile en los próximos años.
Aferrarse a los puestos académicos no se puede tampoco juzgar de una manera simple, tenemos que ver qué estimulación tienen esos hombres que han dedicado su vida a formar hombres y habría que estudiar también el enfoque de la política hacia los profesores de planta. Acomodarse es algo que está sucediendo con un negativo impacto en sus alumnos. La seguridad exclusiva, casi siempre le hace mucho daño al ser humano..lamentablemente.
Saludos a todos y gracias por esas reflexiones