martes, 24 de junio de 2008

Hacer-ser

Escribe Manuel Ortiz, periodista.


Cuando no quieras que se sepa no lo digas… Si la palabra es de plata el silencio es de oro… Cuenta hasta diez antes de hablar…Uno es esclavo de lo que dice y soberano de lo que calla… Hay que poner primero la mente en funcionamiento y luego la lengua en movimiento.
Todo los dichos anteriores —algunos a lo mejor los denominan proverbios— tienen relación directa con el lenguaje oral y por mucho que digan que cuando algo decimos entramos en un compromiso, eso esta muy lejos de ser una realidad.
Cuantas veces corriendo y apurado (porque nuestra ejemplar vida moderna es así) se ha encontrado usted con un interlocutor que saluda muy rápido para luego decirle: ¿¡Y cuando nos va a ir a ver!? o ¡ Vayan a la casa en un fin de semana ! Es evidente que Ud. no va y las razones pueden ser varias: no le dieron día ni hora; sintió que se lo dijeron por compromiso; lo olvidó y después no le reiteraron la invitación por fono o e-mail; no visualizó ni sentimientos ni emociones amigables ya que intuyo que lo hacían para no seguir conversando; creyó que si la invitación era sincera no era para Ud… era para su pareja, etcétera.
Lo ideal sería —para mis amigos Paris y Lautaro— que haya ido o vaya a ir a compartir con él o la amiga que sinceramente realizó la invitación y lo hayan pasado estupendo en el comedor, living; o aún mejor, en la cocina que es el "lugar" para que estén comunicándose los y las buenas amigas.
Todos sabemos que un proverbio ya sea chino o bíblico es una sentencia buena o mala. Mis amigos Lautaro y París —tan ingeniosos ellos— me dicen que son en realidad neutros porque es quien los lee el que les da sentido real y los aplica-practica o no.
A lo mejor, es mejor hacer—ser constructivamente en comunicación, solidaridad y comunión; y por lo mismo: practicar en vez de predicar; ser buen ejemplo y no retar ni aconsejar; y cuando no queramos que algo se sepa: ¡No hacerlo!

No hay comentarios: