martes, 10 de junio de 2008

Ciudad de Panamá

Escribe Vivian Arend


En un accidente aéreo, "perdían la vida" seis chilenos de paso por Panamá: el capitán de Carabineros Mauricio Fuenzalida, el comandante Ricardo Orozco, el comandante Oscar Tapia y su mujer Carolina Reyes, doña Teresa Bianchini y su marido don José Alejandro Bernales Ramírez, general de Carabineros de Chile.
Y Chile acusó recibo. No se habló de otra cosa. Tres días sin políticos agarrándose de las mechas o repitiendo las tonteras de siempre. Tres días sin saber en qué estamento público descubrieron un nuevo caso de corrupción. Tres días sin hablar del alza de la bencina, huelgas ni paros. Ni el resto del mundo existía. Todo giraba en torno al general Bernales. Todo era imágenes y entrevistas. El dolor y la tristeza de cuatro familias chilenas y su entorno, expuesto al público. Pero los chilenos no sólo lloraron, se agolparon en las calles y se pegaron a radios, diarios y televisión; lo nombraron "general del pueblo".
Hoy ¿alguien se acuerda?... Listo, aquí cambia de tono el artículo.
¡Por supuesto! Pero no sólo lo recuerda su familia, amigos y camaradas, lo recuerda la mayoría de los chilenos. Si bien, hoy, las cámaras de televisión enfocan otros accidentes y los diarios editan otros dolores, este señor alto, y ojos de niño, vestido de verde, caló hasta los huesos.
¿Héroe? Si, un héroe de nuestro tiempo. Heroico, en medio de tantos mentirosos, él dijo la verdad. Valiente, en un país de timoratos él enfrentó la injusticia. Decidido, en medio de tantos acomodados, él se sacrificó por los demás. Apasionado, entre tantos neutrales, él se entregó por las víctimas de esta democrática sociedad. Aguerrido, en un ambiente de corrupción, dio lucha sin tregua por la bandera de la decencia y dignidad, de los chilenos honrados.
Sí, en medio del caos, este varón de buenos modales vistió el color que protege al necesitado y poniendo coraza contra la mediocridad, guió los pasos del "ejército" más querido; Carabineros de Chile, esos hombres y mujeres que le siguen para que nosotros podamos vivir en paz.

No hay comentarios: