viernes, 1 de agosto de 2008

Política de transporte

Escribe Jaime Quintana, diputado


En muchos países el transporte de pasajeros, fundamentalmente buses y trenes, es subsidiado por los respectivos Estados. De aprobarse una inyección de recursos al Transantiago y que a su vez se homologaría en regiones mediante subsidios que podrían contribuir, entre otras cosas, a bajar las tarifas, nuestro país habrá dado un paso sustancial en materia de transporte público.
Frente a esta posibilidad, muchos empresarios se han adelantado e incrementado las tarifas, probablemente para bajarlas una vez implementado el subsidio y quedar así con una utilidad mayor. Esta situación atenta no sólo contra el espíritu de la iniciativa, sino lo que es peor, contra el bolsillo de los usuarios. En La Araucanía existen líneas interurbanas y rurales como por ejemplo en el recorrido Lautaro-Temuco que subieron sus tarifas de $600 a $900 en menos de dos meses. Algo similar ocurre con la locomoción colectiva en la capital regional, en algunos casos sin cumplir siquiera con los plazos para las correspondientes notificaciones.
El sistema como está hoy genera condiciones muy desiguales para las regiones y amerita tomar medidas como el congelamiento tarifario, al menos hasta la aprobación del proyecto, ello junto a un análisis de cómo, a partir de una deficiente política de transporte metropolitano, el país en su conjunto se beneficia.
Un gran impacto tendrá entonces en el transporte público esta inyección de recursos, tanto para el fondo transitorio, con el cual se podrán realizar importantes obras viales, como para el permanente, que permitirá bajar las tarifas e incrementar aportes al transporte rural y escolar. Los empresarios microbuseros verán los beneficios no sólo a través de los aportes directos, sino en el mejoramiento de los caminos e incluso, con la posibilidad de renovar parte de su flota.
Congelando la tarifa y generando condiciones para una reorganización global del transporte, es posible pasar de un servicio esencial pero muy deficitario a una más eficiente política de Estado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo creo que es tratar de engañarse solo, pues por un lado se dá y por el otro se quita. Ya que como todos sabemos tenemos el petroleo al precio de por las nuves y mas encima agrabado por la montonera de impuesto (casí la mitad es impuesto) y es mas tambien pagado por los que no tienen vehiculo. Ya que se ve reflejado en los precios de pasajes, productos,etc.
Porqué en ves de subsidiar empresas PRIVADAS, no se reduce en forma paulatina los impuestos a los combustibles. Además el estado debería invertir en nuevas alternativas energeticas ya los combustibles fósiles se van a terminar. La energia electrica puede ser una solución (en forma de energia solar), porque no invertir en crear autos electricos, con motores eficientes.

Atte.
Erik Gaete